Arrorró mi niño,
arrorró mi sol:
duérmete tranquilo,
por ti velo yo.
Arrorró mi niña,
arrorró mi sol:
allí no hace frío
y no hace calor.
I sólo tú sabes,
persona en embrión,
si debo cantarle
en este arrorró
-- prematura trova
de mi corazón --
al niño o la niña
que, llenos de amor,
papá y mamá espera
con gran emoción.
Marzo de 1981
Francisco Pérez Febres-Cordero
guayaquileño; 1934 - 2010