debes creer en Él sin condiciones
y en todas circunstancias y ocasiones;
y no tan sólo cuando a bien tuvieres.
No lógico que digas y aseveres
que crees en Dios y luego que menciones
los requisitos, las obligaciones
que esperas de Él para que lo veneres.
La Fe, mi buen amigo, no cuestiona.
No importa lo que digan los sentidos,
no importa el intelecto que razona.
Por nuestras pequeñeces restringidos,
¿cómo aspirar que pueda haber persona
por quien sean sus fines comprendidos...?
Septiembre de 1987
Francisco Pérez Febres-Cordero
guayaquileño; 1934 - 2010