Santo Hermano Miguel que a los Altares
más altos de la Iglesia has arribado:
¡que seas el Remedio tan buscado
contra el oleaje fiero de los mares!
Si agobian al País mil avatares
y reinar pareciera a el pecado,
Dios en Tu Su Señal nos ha mostrado:
¡por tí terminarán nuestros pesares!
Por la Niñez en que Ecuador confía
y que educaste siempre bondadoso
te suplicamos sobre todo hoy día:
¡ponla al abrigo dulce y amoroso
del Corazón Materno de María,
Hermano Taumaturgo milagroso!
(Entre las ofrendas entregadas a Juan Pablo II el día de la Santificación del Hermano Miguel, constó este soneto, escrito sobre un pergamino artístico, obra de Luis Peñaherrera Bermeo).
Francisco Pérez Febres-Cordero
guayaquil; 1934 - 2010