Ya desde hoy perdón, hijos, os pido
por haberos traído al mundo: algún
día me lo reprocharéis y anido
la esperanza de aquí explicarnos un
poco aunque sea lo que sin sentido
os puede parecer, quizá. Común
desde lejanas épocas ha sido
procrear... y la costumbre sigue aún.
Pero vosotros hallaréis, sin duda,
el mundo tan estrecho, tan vulgar,
que no comprenderéis, ni con mi ayuda,
cómo a enfrentarlo os pude condenar...
Perdón, pues por traeros a esta ruda
batalla que jamás podréis ganar.
Francisco Pérez Febres-Cordero
guayaquileño; 1934 - 2010