Del dolor

A Edgardo Ubaldo Genta

Hay dolores
y dolores en la vida.

Hay dolores que no saben del alivio
ni siquiera temporal de una caricia.
Hay dolores que de tanto han dolido
no recuerdan ya la innata facultad de la sonrisa.
Hay dolores de los seres
que agonizan
ateridos entre el fango de una calle
con el hombre reflejada en las costillas.
Hay dolores que se nutren en las cárceles
de los rayos de luz tenue que traspasan las rendijas.
Hay dolores
que los niños van paseando con las manos extendidas,
anhelantes,
desnutridas,
suplicando a los duros transeúntes
que los miran y los miran
son dolerse ni un momento
de sus cuitas.
Hay dolores de las viudas y los huérfanos de aquéllos
que se matan, fratricidas,
en la guerra entre naciones
ya distantes, ya vecinas;
o en las luchas en las calles
de una misma patria chica
a pretexto de razones
que podrían
arreglarse en un abrazo
sin que quede de la sangre derramada del hermano el gran estigma.

Hay dolores que no afloran a los labios
en la queja de agonía;
que se quedan corroyendo las entrañas,
y sus víctimas
van vagando por el mundo
incapaces de alegría;
y si encuentran una mano que se extiende generosa
procurando ser amiga,
sin saber qué hacer se esconden
con el miedo en reflejado en las pupilas.

Hay dolores
y dolores en la vida...

Francisco Pérez Febres-Cordero
guayaquileño; 1934 - 2010