paseas tus medidas de concurso
y al más parco le arrancas un discurso
y al más audaz con la mirada acortas.
Con desdén elegante comportas
de tu paseo al proseguir el curso;
mil ojos acompañan el transcurso...
y a nadie evitas ni tampoco exhortas.
¿Con qué designio oculto te paseas...?
¡No importa! Siga tu felina gracia
siendo la capa con la que toreas,
sigue alternándote incitante y reacia
y así podremos, mientras coqueteas,
admirar tu sensual aristocracia.
Junio de 1967
Francisco Pérez Febres-Cordero
guayaquileño; 1934 - 2010