Vine a dar fe del sufrimiento humano,
desde el superficial hasta el más hondo;
vine con una cuerda que en el fondo
del alma vibra --y que la porto ufano--
sin que yo sepa por qué ignoto arcano
más al mensaje del dolor respondo
y con el rapto lírico que escondo
lo plasma en poema enajenada mano.
Soy el corresponsal de la tristeza
y transcribo mis crónicas en verso
(así lo quiso Dios en su grandeza);
vivo en mi santa profesión inmerso
recibiendo un salario de belleza
del sagrado Dolor del universo.
Octubre de 1967
Francisco Pérez Febres-Cordero
guayaquileño; 1934 - 2010