Lo siento

A Luis Alberto y Patricia Baquerizo

Lo siento. Pero no puedo
comprender, por qué se gastan
tantos millones de dólares,
de rublos, de oro o de plata,
en mandar hacia el espacio
temerarios cosmonautas
por inútil vanidad,
por absurda propaganda...

¡Cuán benéfico sería
a toda la raza hermana
que en competencia más útil
esos millones se emplearan!
Por un Soyuz, cien escuelas;
por un Apolo, mil aulas.
Y ver primero la tierra
para todos mejorada
antes de que hacia el espacio
se tiendan débiles alas.

Lo siento. Pero no puedo
comprender, por qué se gastan
tantos millones de libras,
de piastras, de oro o de plata,
en mandar seres humanos
a los campos de batalla,
en ver quién puede tener
las más mortíferas armas...

¡Ah cuánto mejor sería
una humanidad hermana,
sin odios y sin rencores,
donde el respeto primara!
Sin invasiones limítrofes
(por los grandes, solapadas)
y sin el vil terrorismo
que siega vidas lozanas.
Sembrar trigo en vez de minas;
hacer pan en vez de balas.

Lo siento. Pero no puedo
comprender por qué se gastan
tantos millones de sucres,
francos, pesos, oros o plata,
en edificar iglesias
llenas de mármol y lámparas
o costosos monumentos
a las imágenes santas.

¡Cuánto más bien nos harían
asilos para los parias,
refugios para los pobres,
para los huérfanos casas!
Y que hayan parques más grandes,
medicinas más baratas;
y en clínicas y hospitales
más caridad y más camas.
(Y que haya en la caridad
más humildad, menos drama).

Lo siento. Pero es mi vida
un interrogante trágica.

Enero de 1969

Francisco Pérez Febres-Cordero
guayaquileño; 1934 - 2010