de una calavera
tratando de ver los secretos
que el futuro encierran,
observo en el fondo del cráneo
(¡y hasta mi alma tiembla!)
incierta moverse un gusano,
y un poco de tierra;
macabro, profético símbolo
de lo que me espera
cuando esa jornada termine
y mi cuerpo muera...
Todo eso me espera en la tumba
¡no sólo tinieblas!
También ver mi cuerpo deshecho...
¡Y hasta mi alma tiembla!
Mi alma, que a otras regiones
volará ligera,
a llamas por Dios condenada,
o a alegría eterna;
y tiembla porque ella no sabe
qué, después, le espera...
¡Quizás más que el cuerpo en la tumba
por siglos padezca...!
Quizás... Mas, el cuerpo, seguro
de lo que le espera,
sabe han futuro mostrado
las pupilas huecas.
Y es la macabra figura
de la calavera,
profético espero que vívido
qué seré refleja...
Miami, 1957
Francisco Pérez Febres-Cordero
guayaquileño; 1934 - 2010
guayaquileño; 1934 - 2010