Olvido

En la penumbra obscura, triste y fría
del solitario cuarto de mi mente,
contemplo desganado, indiferente,
solitaria yacer la lira mía...

Mi musa, que antes casi no dormía,
ya el incentivo de cantar no siente;
y aunque su voz extraño de repente,
no sale del sopor en que se hastía.

En un olvido interminable vivo;
del tedio y la tristeza soy cautivo;
ni la sangre latir siento en las venas.

Y aquella que podría vida darme
y de esta tumba con su amor sacarme,
de mis cuidados hace caso apenas.

Miami, mayo de 1958

Francisco Pérez Febres-Cordero
guayaquileño; 1934 - 2010