A María Eugenia Puig
(,,Y vas, Francisco, con tu ténue velo
de espuma de olas claras y salinas,
a reventar de amor, contra la roca".
M. E. P.)
I
Yo reviento de amor contra la roca.
Pero al romperse en gotas diminutas,
en ellas, tan brillantes e impolutas,
la esencia que fue amor, duelo provoca.
El Dolor me acaricia si me toca,
El Amor es la estrella de mis rutas.
Dicen que no hay verdades absolutas
pero Amor y Dolor, dentro la loca
ansia esta que me nutre y me destruye,
son toda mi verdad. Amo la vida
y este divino no-sé-qué que huye
en mi centro vital... donde una herida
constantemente sangre y llanto fluye
por una humanidad desposeída.
II
Este Yo, ¿es un premio o un castigo?
¿Por qué esta inexplicable ambivalencia
que me tiene en constante turbulencia
y me hace extraño ante el más fiel amigo?
A veces soy yo mismo mi enemigo;
a veces es lejana mi presencia;
a veces me hace libre la demencia;
a veces no soy yo quien va conmigo.
Y mientras más me busco, más lejano
estoy de todo el mundo y de mí mismo...
Sé que jamás descifraré el Arcano:
pero en mi lúcido sonambulismo
giro en torno a su fuego prometeano
aunque hacerlo conduzca hasta el Abismo.
11 de diciembre de 1968
Francisco Pérez Febres-Cordero
guayaquileño; 1934 - 2010