Recapitulación

...y me levanto al fin del duro lecho
...con la esperanza de morir mañana,
(F. P. F-C., 1957)

Hoy ya vertí mi dosis cotidiana
de llanto y no he quedado satisfecho
--desahogado, diría--. Mi despecho
de vivir crece más cada mañana.

La hora más dolorosa es la temprana.
Amanece un deseo aquí en el pecho
que no tenga otro día insatisfecho...
pero se sabe adentro, en la lejana

región del subconsciente, que es inútil
no sólo ya desear, sino esforzarse.
Ya lo dije una vez: la vida es fútil.

(He dicho tanto...! Vano sublevarse.
Vano el empeño por ser bueno y útil.
¿Sólo queda rendirse, abandonarse?

18 de julio de 1968

Francisco Pérez Febres-Cordero
guayaquileño; 1934 - 2010