A Ileana Espinel Cedeño
Soy un vaivén del péndulo del tiempo.
Es tan breve, tan breve la existencia...
Y es preciso dejar un rasgo, un eco:
justificar aquí nuestra presencia.
No basta sólo ser. No es suficiente,
incluso, el hijo, el árbol, el volumen.
Hay que dejar en ellos indeleble
la personalidad, el ego, el numen.
Y el tiempo que tenemos es tan mínimo...
Aunque, nos esforcemos,
si es que en verdad nuestra misión cumplimos
posiblemente nunca lo sabremos...
Francisco Pérez Febres-Cordero
guayaquileño; 1934 - 2010