Yo quiero confesar en estas páginas
de tu álbum quinceañera
que luego de mirarte muchas veces,
hé aquí lo que resuelto:
que eres ladrona de las más sutiles
¡y estoy seguro de ello!
Porque has robado al cuelo dos estrellas
que en tus ojos son fuego;
has robado a la palma gallardía;
tu voz a algún jilguero;
y de tu tez lo delicado y suave
quizás al terciopelo;
has robado a la noche pensativa
tu no-sé-qué hechicero;
de algún lugar ignoto e impreciso
robaste tu cabello
y esa tu gracia toda, la robaste
¡a algún ángel del cielo!
¿Y qué decir del número ignorado
pero sin duda inmenso,
de corazones jóvenes a quienes
robas la calma y sueño,
que sufren cuando pasas, anhelado
de ti tan sólo un gesto?
¿Ya ves --y no lo niegues, Margarita..
que estaba yo en lo cierto?
Lástima que, para belleza tanta,
sean tan pobres mis versos!
30 de agosto de 1960
Francisco Pérez Febres-Cordero
guayaquileño; 1934 - 2010