Ángel de luz, bautizada en Jordán,
nos invitaste a la Conversión
iluminándonos a través del
milagro de tu Transfiguración.
Dentro de tu reino doce estrellas
coronan el misterio de Ascensión;
gloriosa Santísima del Cielo,
llámanos a la hora de la Asunción.
Reina del dolor, madre sufrida,
agonía de la Flagelación,
morías en cada paso que dio
tu hijo hacia vuestra Crucifixión.
Los labios blancos que te invocaron
a dejarlo todo en la Anunciación
llamarán, cuando lo requieras, mi
nombre y serás mi consolación.
7 de mayo de 2013
Jorge Luis Pérez
guayaquileño; 1987 -