Para la asociación de jubilados Publio Falconí Pazmiño
Coro:
¡Redimíos!, jubilados aguerridos
de la patria, sostén de hoy y ayer…
que aunque el tiempo los haya agredido
de sus garras se sabrán defender!
«Pensionados» del Ecuador: ¡Guerreros!,
al amparo de vuestro tricolor
que cobija a empleados y obreros
¡uníos!; luchad por vuestra redención!
¡Haced que el estado os reconozca
el derecho a disfrutar de los ahorros
que atesorasteis en forma estoica
para procurarte socorros:
Vivienda y salud; pensión jubilar,
servicios exequiales y montepío,
¡que de a tus «dependientes», además,
la gran tranquilidad de esos auxilios!
Y para defenderte en la vejez
–cuando lo exija la situación–
y no sucumbir en la estrechez…
¡indexar con rapidez tu pensión!
Vivirás así, con la dignidad
de un ser humano justipreciado.
¡Con protección en la ancianidad,
tu futuro, estará asegurado!
Durán, 1 de mayo de 2004
Miguel Ortega Calderón
guayaquileño; 1943