De estatura elevada y grácil;
extensa e intensa como el beso
aquel; inconmensurable suceso,
eres, Karina, ¡poetisa sutil!
Tu presencia glamorosa, gentil;
mas el fino gracejo de tu verso…
¡la audiencia escucha con embeleso,
la euritmia de tu fácil decir:
la canción, el poema interrogador
al suicida; a la patria, al Pichincha;
a la madre, al hermano, al amor!
Tu reflexión… en palabras bien dichas,
de la épica o lírica versión:
¡es de tu existencia: su razón y antorcha!
Durán, 29 de noviembre de 2011
Miguel Ortega Calderón
guayaquileño; 1943