I
En catre de esmeraldas nace altiva
la bella rosa, vanidad de Flora,
y cuanto en perlas le bebió a la aurora
cobra en rubís del sol la luz activa.
De nacarado incendio es llama viva,
que al prado ilustra en fe de que la adora;
la luz la enciende, el sol sus hojas dora
con bello nácar de que al fin la priva.
Rosas, escarmentad: no presurosas
anheléis a este ardor; que si autoriza,
aniquila también el sol ¡oh rosas!
Naced y lucid lentas; no en la prisa
os consumáis, floridas mariposas,
que es anhelar arder, buscar ceniza.
II
De púrpura vestida ha madrugado
con presunción de sol la rosa bella,
siendo sólo una luz, purpúrea huella
del matutino pie de astro nevado.
Más y más se enrojece con cuidado
de brillar más que la encendió su estrella;
y esto la eclipsa, sin ser ya centella
la que golfo de luz inundó al prado.
¿No te bastaba, oh rosa, tu hermosura?
Pague eclipsada, pues, tu gentileza
el mendigarle al sol la llama pura;
En catre de esmeraldas nace altiva
la bella rosa, vanidad de Flora,
y cuanto en perlas le bebió a la aurora
cobra en rubís del sol la luz activa.
De nacarado incendio es llama viva,
que al prado ilustra en fe de que la adora;
la luz la enciende, el sol sus hojas dora
con bello nácar de que al fin la priva.
Rosas, escarmentad: no presurosas
anheléis a este ardor; que si autoriza,
aniquila también el sol ¡oh rosas!
Naced y lucid lentas; no en la prisa
os consumáis, floridas mariposas,
que es anhelar arder, buscar ceniza.
II
De púrpura vestida ha madrugado
con presunción de sol la rosa bella,
siendo sólo una luz, purpúrea huella
del matutino pie de astro nevado.
Más y más se enrojece con cuidado
de brillar más que la encendió su estrella;
y esto la eclipsa, sin ser ya centella
la que golfo de luz inundó al prado.
¿No te bastaba, oh rosa, tu hermosura?
Pague eclipsada, pues, tu gentileza
el mendigarle al sol la llama pura;
Y escarmiente la humana en tu belleza,
que si el nativo resplandor se apura,
la que luz deslumbró para en pavesa.
Juan Bautista Aguirre, S.J.
dauleño; 1725-1786
que si el nativo resplandor se apura,
la que luz deslumbró para en pavesa.
Juan Bautista Aguirre, S.J.
dauleño; 1725-1786