Mi alma está inflamada por avalanchas de penas
que como nieve en lágrimas blanquearon mis sienes
y ahora al deshelarse con el sol de primavera
se nutre con la savia que sana y reverdece.
Gorjea mi corazón con el ambiente festivo
y silencioso sonido del jardín en floración,
la policromía de flores, pájaros y trinos
con el zumbido de abejas orquestan su canción.
Se escucha a la vida despertar adolescente
los lúdicos espasmos de niño llegan al final,
mientras instintos juveniles queman las arterias.
La sonrisa en alientos del rostro se desprenden
con orgía sentimental que embellece al festival
de volátiles efluvios de inspiración terrena.
José Villacreces Vinueza
riobambeño; 1940-