La vida, flor de trébol en el prado,
murmullo y luz errante en la fontada,
pone esta vez en mi jardín cerrado
la dulce primavera más lejana.
En tremante esmeralda de sembrado
palpita el haz de la extensión aldeana;
y sobre ella, radiante y azulado
se queda toda el día en la mañana.
Olor de incienso, pajas y floresta
tiene hoy día la casta perspectiva
del campo que Belén pone de fiesta.
Camino del distante Nacimiento,
Navidad de la dicha primitiva,
¿por qué no vuelo alegre como el viento…?
Gonzalo Cordero Dávila
cuencano; 1887-1931