de la carpeta del poeta guayaquileño Francisco Pérez Febres-Cordero
Lijaré las garras al cerrar la puerta, al quedarnos dentro de tu iris plateado.
Nada es más piel
Hemos llorado lanzándole besos a un árbol que se aferra al cemento de la ciudad.
Renata Artieda Centurión guayaquileña