Han pasado veinte siglos
y millones pasarán…
y tu Palabra –con sólo
ser palabra– ¡quedará!
Cuanto los hombres dijeron
otros hombres borrarán…
que los tiempos son arenas
para las olas del mar.
Pero tu palabra que altere
tu luz, esencia, y verdad
por los siglos de los siglos,
¡esa nadie la dirá!
Pasarán todas las cosas…
los hombres perecerán…
y tu palabra –con sólo
ser palabra– quedará!
¡Palabra tuya! ¡Palabra
sin espacio y sin edad
que es maravillosa en el mundo
y gloria en la eternidad!
José María Egas
mantense; 1896-1982