Romance infinito de la angustia sin límites

Ya no se canta la vida.
Silencio en mi corazón.
Maduro canto celeste
que en mi pecho se secó.

Siembra la espina su nido
para el canto de un dolor
y la sangre, lentamente,
todo vuelve tornasol…

Me iré camino del alba
a buscar un corazón:
campanas de bronce viejo
seguirán por donde voy…

Silencio, duro silencio,
la soledad y el dolor…
Sólo tengo entre mis manos
un silente caracol…

Jorge Pincay Coronel