Con diez códigos por banda,
pluma en mano, a toda vela,
no surca el mar sino vuela
un letrado parlanchín.
Doctor pirata llamado
por tanto pleito «el temido»,
en mi tierra conocido
del uno al otro confín.
Derrama leve arenilla,
y al silbar súbito el viento,
con trémulo movimiento
desata un talego azul.
Y después que muchas veces
cuenta alegre su dinero,
así canta placentero
sentándose en un baúl.
«Avanza, talento mío,
sin temor:
que tu jurídico brío
a torcer la ley alcanza,
cambia en maldad la bonanza
y hace inocente al traidor.
Veinte presas
hemos hecho
a despecho
de aquel juez;
y han rendido
sus doblones
cien ladrones.
a mis pies.
Que es mi pluma mi tesoro,
que es mi Dios la falsedad,
mi ley la astucia y el oro,
mi única dicha enredar.
»Allá muevan feroz guerra
ciegos reyes
por un palmo más de tierra;
que yo aquí poseo en suma
cuanto conquista mi pluma,
a la sombra de las leyes.
No hay persona,
sea cualquiera,
ni carrera
de esplendor,
que no sienta
mi derecho
cuando el pecho
saco yo
que es mi pluma mi tesoro…
»Al oír vistos y autos,
es de ver
como los pobres incautos
tiemblan con susto mortal:
yo no tiemblo, pues ni un real
me expongo nunca a perder.
Cuando gano,
yo divide
lo cogido
por igual.
Mi honorario
sólo quiero
en dinero
bueno, usual,
que es mi pluma mi tesoro…
»¡Ódianme muchos de muerte!
yo me río:
no me abandone la suerte,
y al mismo que me condena
haré que me pague en pena
un caudal por su extravío,
si me quitan
esta vida,
por perdida
ya la di,
cuando en busca
de un ochavo
como un bravo
me metí.
Que es mi pluma mi tesoro…
»Son mi música mejor
relaciones,
los sollozos y el furor
de litigantes perdidos,
de juez viejo los ronquidos
y el ruido de mis razones.
De escribano
al son gangoso,
y al lloroso
suplicar,
yo me duermo
sosegado
y cansado,
de hacer mal.
Que es mi pluma mi tesoro,
que es mi Dios la falsedad,
mi ley la astucia y el oro,
mi única dicha enredar».
Julio de 1846
Gabriel García Moreno
guayaquileño; 1821-1875